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19 de noviembre de 2014

YAMIL AVILA: '''Los jóvenes y el dificil momento de elegir sobre su futuro'', para Los Toldos es noticia

La elección del camino a seguir al terminar la secundaria es una de las cuestiones, que pese al silencio, más angustia a los jóvenes. No sólo se trata de la importancia de su elección, sino del mandato familiar y social, acompañado de la mala formación con la que egresan generalmente de las escuelas secundarias, que crea en los jóvenes un sentimiento de desorientación y angustia permanente al iniciar los primeros pasos en la nueva etapa.

Si uno se remonta a sus 17 o 18 años y explora entre sus recuerdos (salvo excepciones) seguramente encuentre la profunda sensación de incertidumbre que sintió en aquel entonces. Había que decidir, por primera vez en soledad, hacia dónde orientaría su futuro. La principal dificultad a la hora del despegue de esta etapa que culmina es el duelo que genera, tener que pasar de una posición adolescente a una adultez y autonomía, sin duda da lugar a ciertas crisis. El miedo y la angustia aparecen como resultado de la profundidad que el mundo cobra de repente. Incluso, a veces, surge la resistencia y el apego al pasado. El lugar que ocupan los jóvenes en ese momento, los invita a quedarse por siempre allí, tiempos repletos de cenas, juntadas, viaje de egresados, organización de eventos, unión del grupo. Al salir de ese lugar, se encuentran con un abismo, la necesidad de elegir por el futuro, la falta de certezas para saber si están bien orientados, la dificultad para adaptarse a la vida universitaria o a los tiempos que esto implica. Las ataduras de los jóvenes con la etapa anterior dependen de cada uno, pero a mi entender, hay un factor que opera en la mayoría de los casos: lo que los padres esperan de ellos.

Muchos adultos proyectan sus vidas en la de sus hijos, ya sea porque quieren que alcancen lo que ellos no pudieron lograr, o porque esperan que sean realmente genios. Lo que muchos padres no saben, es que los chicos los escuchan mucho más de lo que ellos creen, y en este momento algo tan simple como una palabra, una mirada o un gesto de desaprobación influye en la mente de un joven y en su elección.

Para que sea sana, la decisión debe ser personal y genuina. Cuánto más responda al deseo y a la aspiración personal, mejor será el panorama futuro del joven. No existe una fórmula mágica para realizar esa elección, pero creo, desde mi opinión, que hay algunos aspectos que pueden ayudar en este momento de incertidumbre y desconcierto:

  • Analizar las propias fortalezas y debilidades.

  • Pensar en las carreras que no les gustaría seguir, para poder acercarse a la esencia a partir del descarte.

  • Aprovechar la posibilidad de tránsito y consultas que existe en las universidades, presencial o virtualmente.

  • Consultar especialistas en orientación vocacional.

  • Buscar, preguntar e investigar, ya que cuanto más información se tenga mejor será la elección.

  • Hacer el intento de proyectarse a futuro y pensar en el trabajo ideal.

  • No dejarse influenciar por opiniones sin fundamento.

  • Una vez que se tiene medianamente elegida la carrera, consultar con profesionales en la misma para tener un acercamiento a la práctica propiamente dicha.

  • Averiguar sobre las diferentes salidas laborales que tiene cada carrera, para poder conocer más sobre las posibilidades de labor en el futuro.

Es importante saber también que las elecciones no siempre son definitivas, y por diferentes circunstancias, durante el tránsito por alguna carrera, el camino puede cambiar su ritmo, o variar, o ser abandonado para tomar otro. Como comenté en mi columna anterior, es fundamental no tomar este momento como un fracaso, sino poder verlo como una posibilidad de aprendizaje, como un hecho que puede dar lugar a algo nuevo, teniendo una actitud positiva frente a la situación, y empezando a pensar nuevamente en aquellos aspectos que pueden conducirnos al camino deseado que finalmente nos llevará a hacer lo que queremos hacer, de la forma que queremos hacerlo.

Esta etapa de elección es un momento difícil para los adolescentes, por eso en necesario que los adultos den lugar a la voz de los chicos, escuchándolos, conteniéndolos y apoyándolos en ese momento y en cada paso del camino que decidan tomar. La orientación vocacional sólo es buena si se cuenta con un buen profesional al frente. Es indispensable que la persona pueda escuchar dentro de sí, respecto a lo que es, a lo que puede ser, y sobre todo, lo que quiere para su futuro.

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