Si bien ya se ha declarado el estado de emergencia agropecuaria en gran parte de la provincia de Buenos Aires, los productores señalan que las medidas tomadas, no mejorarán mucho la situación que les está tocando vivir.

Distintos sectores dedicados a la actividad agraria explicaron que los subsidios que recibirán y la postergación del pago de impuestos apenas podrá cubrir las pérdidas sufridas por la inundación. Cabe mencionar al respecto que quedan incluidos bajo el paraguas fiscal y financiero los ganaderos bovinos y emprendedores hortícolas de los departamentos correntinos de Berón de Astrada, Capital, Concepción, Empedrado, General Alvear, General Paz, Itatí, Ituzaingó, Mburucuyá, San Cosme, San Luis del Palmar, San Martín, San Miguel y Santo Tomé. Pero la lista de resultados negativos no solamente tendrá como principal causa la gran cantidad de agua que cayó y se acumuló, si no que cuando se vaya el agua vendrán más perdidas económicas según comentaron desde la Federación Agraria de Bragado.

A la situación de sequía y falta de lluvias que se venían dando hasta la semana pasada, motivos del principal retroceso en la producción de soja y trigo en Santa Fe y Buenos Aires ahora se le suman dos nuevos problemas el exceso de agua, que dejará la tierra casi incultivable y posteriormente el retroceso del agua. Estiman que esto último dejará un gran porcentaje de humedad en los campos lo que propiciará que se pueda desarrollar un ambiente apto para que poblaciones de hongos y bacterias progresen. Fabio Macías, referente de la Sociedad Rural de Bragado, señaló que el exceso de agua "va a producir enfermedades en el trigo, con hongos y otro tipo de padecimientos", por lo que "los rendimientos no van a ser los esperados y estimados". Por su parte la Bolsa de Comercio de Rosario, a través de la Guía Estratégica para el Agro (GEA), indicó ayer que las lluvias registradas durante el fin de semana pasado fueron generalizadas en toda la región núcleo, y totalizaron más de 100 milímetros de agua en el sur santafesino y noreste bonaerense.

Según estas estimaciones, la cantidad de barro en los campos terminará erradicándose recién en dos meses, si es que no llueve más, lo que e atrasará la nueva siembra. "Este fuerte temporal llegó luego de que la falta de humedad paralizara la actividad de siembra de soja y la ola de calor afectara al cultivo de trigo en etapas claves", sostuvo la GEA